miércoles, 16 de marzo de 2011

Incongruencias de Bolonia (II)

Segunda parte siguiendo con lo prometido en la primera. Que conste ante todo que es sólo una opinión personal, totalmente subjetiva y asumo que mi punto de vista no sea imparcial, pero he vivido ambos casos y creo que la experiencia me permite argumentar un poco aunque me pueda equivocar.

Esta vez toca el turno a los trabajos en grupo...Porque sí, me parece muy bien que en el mundo profesional tengamos que trabajar en grupo, dividirnos funciones, aprender a trabajar en equipo, etc. Pero eso se aprende por igual sin que Bolonia nos tenga que obligar a ello y me baso en mi propia experiencia para saber que cuando la gente está interesada en trabajar y tiene iniciativa y ganas, es que te lo tienes que currar tu mismo para no quedarte atrás y no ser el que menos haga.

Volviendo al hilo, ¿de verdad hace falta hacerlo todo en grupo?, es más, ¿de verdad hace falta hacer grupos con distintos números de personas y tan desproporcionados para cada cosa? Para empezar, personalmente no considero que sean necesarias hasta 9 o 10 personas para encargarse de realizar un corto documental (u 8 para un programa de radio). En primer lugar porque por mucho que se quiera hacer, o todos hacen muy poco y no aprenden casi, o sólo trabajan unos cuantos porque es que no hay más que hacer. Y yo soy de los que les gusta aprender y hacer cosas.
No me parece mal que haya que trabajar en grupo para ciertas cosas, pero se les va de las manos. Para una asignatura X personas, para otra X+1, para otra 2X. Cuando la gente se ha ido agrupando (por obligación tambien) en grupos de X personas, modificar eso, quieras o no, es joder el ritmo de trabajo, dividir grupos y fragmentar gente para poder configurarlo todo. Porque siendo realistas, casi todo el mundo trabaja mejor cuando conoce como funcionan los compañeros que le rodean para emprender un proyecto.

Y finalmente, para ciertos trabajos o proyectos, ¿por qué tienen que ser en grupo? En primer lugar, el tener que llegar todos a un consenso implica limitar las ideas para que guste a todos, y no poder hacer lo que a uno le gusta. Esto conlleva un poco de pérdida de motivación. En segundo lugar, hay ciertas cosas en las que, o se basta una persona con más tiempo para hacerlo más comodamente, o es que no es muy factible de "dividir". Por ejemplo, si tienes (y quieres) trabajar en algo audiovisual (sea postproducción, animación 3D, Flash, cualquier software similar) va a ser una persona la que va a estar trabajando sobre el archivo maestro y al ritmo que quiera, con sus ideas. Dos personas como mucho para complementarse y que sean afines. ¿Más? Más son multitud.

En ningún caso crítico que no sea útil el trabajar en grupo, todo lo contrario. Pienso que debería pensarse fríamente y teniendo en cuenta los pros y los contras como los que he mencionado para hacerlo todo un poco más flexible. La rigidez es asfixiante a veces.

Otro detalle a tener en cuenta son las exposiciones y presentaciones. Que sí, que está genial desprenderse de los nervios a base de exponer y hablar cara al público. Pero, seamos racionales, ¿por qué hacerlo en casi cada práctica, en (casi) todas las asignaturas, cada año? A parte de lo repetitivo que puede llegar a ser en algunos casos, es una enorme cantidad de tiempo de clase el que se está (mal)gastando en esto cuando se podría conseguir lo mismo gestionandolo de una forma más equitativa. Aunque tenga ideas, no sirve de mucho escribirlas ya que tampoco soy quien se encarga de todo esto. Pero si después, profesores y alumnos (y coordinadores) se quejan de que deben ir muy deprisa con las clases y el temario porque les falta tiempo, que se den cuenta en qué lo invierten y si realmente vale la pena

No hay comentarios:

Publicar un comentario